10. “Alguien Desordena Estas Rosas”

 (Cuando el amor se niega a morir)

Un cuento de Gabriel García Márquez

Sinopsis

"Como es domingo y ha dejado de llover, pienso llevar un ramo de rosas a mi tumba. Rosas rojas y blancas, de las que ella cultiva desde hace veinte años en el huerto, para hacer altares y coronas.

(...). Esto fue después que clausuraron las puertas, descolgaron del umbral el pan y el ramo de sábila, y se llevaron los muebles. Todos los muebles, menos la silla del rincón que me ha servido para estar durante todo este tiempo.

(...), yo reconocí en ella a la niña que en aquella tormentosa tarde de agosto me acompañó a coger nidos en el establo. Así como estaba, parada en la puerta con la maleta en la mano (...), parecía como si de pronto fuera a ponerse a gritar, a decir lo mismo que dijo cuando me encontraron bocarriba entre la hierba del establo todavía aferrado al travesaño de la escalera rota.

(...). Ella sólo se había llevado los olores del cuarto, y veinte años después los trajo de nuevo, los colocó en su lugar y re-construyó el altarcillo; igual que antes.

(...)

Así ha estado en el mecedor durante veinte años, zurciendo sus cositas, meciéndose, mirando hacia la silla, (...).

Es posible que ahora, cuando vuelva a bajar la cabeza, pueda acercarme a las rosas. Si logro hacerlo iré hasta la colina, las pondré sobre el túmulo y regresaré a mi silla, a esperar el día en que ella no vuelva al cuarto y cesen los ruidos en las piezas de al lado.

Este día habrá una transformación en todo esto, porque yo tendré que salir otra vez de la casa para avisarle a alguien que la mujer de las rosas, la que vive sola en la casa arruinada, está necesitando cuatro hombres que la conduzcan a la colina. Entonces quedaré definitivamente solo en el cuarto. Pero en cambio ella estará satisfecha. Porque ese día sabrá que no era el viento invisible lo que todos los domingos llegaba a su altar y le desordenaba las rosas." Gabriel García Márquez, 1952.

La Magia de Teatro El Fisgón

Idea original de Héctor Lorza, en el año de 1997 nace la idea de llevar a escena un cuento tan hermoso e inolvidable para nuestros corazones. El sótano de una casa vieja en el barrio Prado-Centro, fue testigo del amor, los recuerdos, las rosas y los fantasmas que cobraron vida en ese espacio. Una obra adaptada al realismo mágico, que debe complementarse en la mente del espectador. Este espectáculo posee un concepto de la imagen poética de la teatralidad de las acciones físicas, desembocando en una profunda belleza y conmoción de los sentidos, a través de una historia de amor.

En la propuesta de la obra teatral, se ha estructurado un poema audiovisual, en el cual se propicia un contacto íntimo entre actores y espectadores, a través de los Lenguajes No Verbales. El eje dramático de la obra se mantiene intacto. El cuento sigue siendo una bella historia de amor, que comienza cuando un niño y una niña juegan a recoger nidos en algún rincón del establo de una casa de campo. El niño resbala de una escalera y muere. Su cuerpo es enterrado, pero él, como fantasma o espíritu se niega a morir y sigue creciendo y viviendo en aquella casa. Veinte años después, la niña regresa a la casa, convertida en una mujer, dedicada al cultivo y venta de rosas rojas y blancas para hacer altares y coronas. El niño, que es ahora un hombre trata de componer un ramo de rosas rojas y blancas, para llevarlas a su tumba. Cuando lo logre, entonces ella estará satisfecha. Porque ese día sabrá que no era el viento invisible lo que todos los domingos llegaba a su altar y le desordenaba las rosas.

Simultáneamente a éstas situaciones, interpretadas por los actores, la música de Madre-Deus, va acompañando el recuerdo y la esperanza del amor que se niega a morir.

Elenco

La Niña: Yulieth Gallego.

El Niño: Donoban Orozco.

La Mujer de las Rosas y La Madre: Mónica López.

El Hombre: Héctor Lorza.

Ficha Técnica

Dirección y Dramaturgia: Héctor Lorza.

Estreno: 1997.

Producción: Teatro El Fisgón.